Ser anfitrión no es cosa fácil. Hay que saber qué vamos
a necesitar. Quienes son nuestros invitados, qué vamos a comer, cual es el
motivo del encuentro y ser capaz de tenerlo todo dispuesto: mantelería,
cubertería, vajilla, aperitivos, dulces, comida, vino… Saber elegir el vino es
importante, pero no lo es menos disponer en la mesa la copa adecuada para beberlo.
Podríamos usar el mismo tipo de copa para vinos
diferentes aunque no es lo correcto. No debemos dejar que la elección de una
copa inadecuada reste percepciones sensoriales a la hora de degustar los vinos
que pretendemos disfrutar.