Aire en libertad
que acaricia las cepas, gotas de lluvia que bajan para respirar entre pámpanos
y sumergirse en la tierra. Esto es lo que ha logrado convertir el vino de la
bodega Vega Sicilia en un vino tan especial, con personalidad única. A pesar
del paso por varias manos y convertirse en Tempos Vega Sicilia, su nueva marca
corporativa, esta bodega no ha perdido la elegancia de elaborar vinos maduros,
generosos y símbolo de amistad. Muy apreciado este caldo desde sus inicios, sólo se ofrecía a los amigos sin que
hubiera intercambio comercial alguno.
Aunque la primera añada de
Vega Sicilia Único fue en 1915,
la fecha de fundación de la bodega se fija en 1864.
Un hecho que vino
acompañado ese mismo año por otros eventos de categoría como la firma del
tratado entre España y Portugal para delimitar sus fronteras, o la reelección
de Abraham Lincoln como presidente de los EE.UU.
Eloy Lecanda, propietario de una finca vallisoletana en
Valbuena de Duero, viaja a Francia ese
año. De allí decide traer a Castilla esquejes de algunas de las variedades
francesas como Cabernet Sauvignon, Malbec y Pinot Noir. Estos sarmientos lejos
de sentirse en tierra extraña, se acomodaron en los campos castellanos y
trabaron buena amistad con la variedad tinto aragonés, nombre con el que se
conocía en la zona a la uva tempranillo. De esa convivencia nació un vino con regusto a madera seca, a fruta fresca y a exóticas
especias. Un caldo envolvente, con consistencia y marca
personal.
Cada añada salida de esta bodega es un mundo. Y el mismo
líquido bendecido por Baco es una aventura en cada botella. Una botella que se
convertirá en la protagonista de muchas historias diferentes: un aniversario,
una cena romántica, un negocio en puertas de ver la luz….
Historias únicas, como única es la familia de vinos
surgida de esta centenaria marca que ha embelesado nuestros sentidos durante
150 años, y que lo seguirá haciendo.
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